Recientemente, el Presidente de
Ciudadanos, Sr. Albert Rivera, ha propuesto la supresión en España de las
Diputaciones Provinciales, y lo ha hecho, en el mismo escenario, en la misma
ciudad - desconozco si de forma premeditada o circunstancialmente - donde hace
doscientos tres años, las Cortes de Cádiz, en el artículo 325 de aquella, tan
histórica como breve, Constitución conocida popularmente como “La Pepa”, promulgó
la puesta en marcha de estas instituciones territoriales con el siguiente texto
legal: “En cada Provincia habrá Diputación, llamada provincial, para promover
su prosperidad...". Desde esa histórica fecha, las Diputaciones Provinciales,
han venido desempeñando un importantísimo papel de asesoramiento y apoyo a las
entidades locales, y, sobre todo, a los
pequeños y medianos municipios españoles.
Refiriéndome, en concreto a nuestra
provincia, que es, desde un conocimiento más amplio, cercano y directo, la que,
en este caso, por proximidad, nos
interesa; considero, basándome en el espíritu de su propuesta, que el Sr Rivera
desconoce totalmente la realidad social y territorial de Cáceres. Tal vez
ignore, que nuestra provincia es la segunda de España en cuanto a extensión
territorial, con una acentuada dispersión poblacional; la componen un total de
doscientos diecinueve municipios, de los cuales, el sesenta y dos por ciento
son pueblos menores de mil habitantes; siendo un veintiocho por ciento entidades
comprendidas entre mil y cinco mil habitantes. Como puede comprenderse, la
disponibilidad presupuestaria y económica de estas entidades locales es muy
limitada, a la vez que precaria e insuficiente, para hacer frente por si solas al
coste de los servicios públicos, que, por ley, justicia, solidaridad, equidad y
ecuanimidad, tienen el derecho a recibir los vecinos de estos pequeños municipios.
Es en este contexto donde la
Diputación Provincial realiza un importantísimo papel de asesoramiento, ayuda y
apoyo económico a nuestras pequeñas entidades locales: prestaciones tales como,
el asesoramiento legal preceptivo, empleo, cultura, deportes, desarrollo local,
formación, infraestructuras, recaudación y gestión tributaria, servicio de
extinción de incendios, riesgos laborales, etc.
El Sr. Rivera, en el punto número
veintisiete de los treinta que componen este documento presentado en Cádiz, y
encabezado con el grandilocuente título de “Treinta propuestas para cambiar
España”, propone, como ya hemos dicho, la supresión de la Diputaciones
Provinciales, estableciendo en el siguiente punto, número veintiocho, como
medida complementaria, la fusión de Ayuntamientos. Bajo mi criterio, en nuestra provincia,
existen tres factores importantes en contra de esta medida; estos factores son,
las dispersión territorial, el envejecimiento de la población y la identidad
propia de cada pueblo. En primer lugar, la fusión de municipios, en zonas de
dispersión poblacional, seria alejar a los habitantes de los pequeños pueblos, de
los servicios públicos municipales, a la vez que privarlos de la atención
administrativa, cálida, cercana, afectiva y efectiva, de que hoy disponen. En
segundo lugar, sabido es que los vecinos de estos municipios son en su mayoría,
personas mayores, a los que se les causaría un enorme inconveniente al
alejarles estos servicios y atenciones fuera de su propio hábitat. Por otra
parte, la mayoría de estos pequeños municipios tienen su propia historia, su
propia identidad social y cultural, sus raíces, sus origines y su particular
dignidad colectiva. Llevar a cabo la fusión de municipios en nuestra provincia,
seria eliminar del mapa a los pequeños pueblos cacereños, si no físicamente, si
como entidades históricas, colectivas y culturales, junto con la desaparición
de valores sociales que ello conllevaría.
En contrapartida a la “fusionante”
medida complementaria del Sr. Rivera, es de justicia recordar que ya existen
unas agrupaciones de municipios llamadas mancomunidades, agrupaciones que, a lo largo
del tiempo, han venido demostrando su utilidad en las zonas rurales y que, por
otra parte, no dejan de ser entidades locales superiores, formadas, en su mayoría,
por pequeños pueblos, unidos con el fin de unificar gastos de cara al
mantenimiento de los diferentes servicios que prestan a sus vecinos. Por
supuesto, estos pueblos, siguen manteniendo, su identidad, su independencia y
su propia toma de decisiones.
Por todo ello, pienso que el papel
social que desempeñan las Diputaciones Provinciales, doscientos tres años
después de su creación en las Cortes de Cádiz, sigue siendo de una actualidad y
utilidad indiscutibles en nuestro medio rural; imprescindibles para el
mantenimiento y sostenimiento de los pequeños y medianos municipios. Creo
también, en contra de los que apoyan la opinión sobre su elevado coste, que la
administración dispone de suficientes vías de financiación para cubrir los gastos
que supone el mantenimiento de estos servicios.
Término invitando al Sr. Albert Rivera
a que visite nuestra provincia de Cáceres, a que ande a pie las calles de
nuestros pueblos, a que hable con sus vecinos; en definitiva, a que conozca
sobre el terreno la realidad de un entorno rural lleno de atractivos humanos y
naturales, al que merece la pena ayudar, manteniendo su estructura territorial y
su identidad social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario